19 julio 2011

Erco

Aurum organizó un concurso sobre El Señor de los Anillos, que consistía en crear un personaje que perteneciera a la Tierra Media.

El que mandara el escrito más original ganaría la trilogía extendida en bluray del El Señor de los Anillos (15 discos en total).
Además, había que acompañar el texto con un dibujo del personaje...

¡Y gané!
Podéis leer el texto completo (cantar de gesta incluido) bajo la ilustración^^










Historia


Erco (o Erc, según algunas voces angloparlantes) es un caso peculiar dentro de la Tierra Media.
Fue el vástago de la extraña unión entre un orco y una elfa. 

Erco, el orco-elfo.  El más feo de entre los elfos y el menos feo de entre los orcos. Esta peculiaridad le hizo sentirse rechazado por ambas especies desde bien pequeño.

Se crió en una perdida y tranquila región del Bosque Viejo, al este de la Comarca. Creció en una pequeña cabaña junto a sus padres, quienes se vieron obligados a separarse de sus respectivos clanes en base a su unión, y amor que no entendía de barreras, o como su madre lo llamaba cuando creía estar limpiando a solas, “un mal trago de hidromiel”.

Los nombres de sus padres se han perdido en la memoria, y sólo algunos viejos árboles quizá los recuerden (nunca fueron una pareja especialmente silenciosa), razón por la que se desconoce su linaje. Pero, sin duda alguna, además del hijo de alguien, fue nieto de alguien y bisnieto de alguien más.

Durante la mayor parte de su niñez su padre se mantuvo a su lado. Le enseñó a Erco el arte de la caza o, como lo denominaba en guturales gruñidos su progenitor, “hacer que las cosas dejen de moverse”. Intentó educarle también en la pesca o “hacer que las cosas del agua dejen de moverse”, y en tala de árboles o “hacer que las cosas que no se mueven sigan así”. Pero todo ello fue bastante inútil, pues Erco parecía estar más pendiente de la gracia de los animales y los colores de las flores.  Esta fue la razón principal por la que su padre abandonó a ambos, a raíz de lo cual su madre no sólo no guardó el menor rencor a su hijo, sino que se volvió aún más protectora con él.

Recordaréis que afirmé que siempre se sintió rechazado. Pues bien, no sólo se sentía rechazado sino que efectivamente lo era. Los pocos elfos que conoció, además de reprobar la decisión de su madre a la hora de elegir pareja, encontraban al mismo Erco sumamente horrendo para ser un elfo. Sin embargo, como orco, poseía un curioso e inquietante atractivo que incomodaba a su vez a cada grupo de orcos con el que se cruzaba.  Estos últimos le llamaban cosas como “Flor de Bosque” o “Pluma con Orejas” y acostumbraban a intentar golpearlo o morderle; habitualmente ambas cosas al mismo tiempo.

Siendo aún joven pero ya a las puertas de la madurez, decidió emprender un viaje para encontrarse a sí mismo, según sus propias palabras cuando llegó la hora de despedirse de su madre, quien le contestara:

-Por Varda Elentári, Señora de las Estrellas, que eres el niño más extraño que he visto nunca.


Sería irónicamente fruto de aquel rechazo general en base a su mestizaje, lo que le llevaría a encontrar su propio camino.
Dado que no se sentía especialmente unido a ninguna de las dos razas, se caracterizó como elemento único a la hora de vestir, combinando prendas de ambas sin miramiento alguno, ora una delicada camisa, ora un chaleco de piel pobremente curtida. Y con esto le llegó la inspiración: diseñaría y confeccionaría estilos únicos de ropa.
Erco había originado, por primera vez en la Tierra Media, el concepto de “la moda”.

Por supuesto, los primeros años fue un rotundo fracaso, pues ninguna especie estaba dispuesta a compartir la vestimenta de las otras; a salirse de lo establecido por su clan. Los elfos encontraban repugnantes las ropas de los orcos, a las que no consideraban siquiera “ropa”, y los orcos no estaban especialmente interesados en ningún trapo que dificultara su gracia innata al andar.

Más o menos por aquel tiempo, nadie sabe muy bien cómo ni dónde, empezó a hacerse conocido un cantar sobre un supuesto encuentro entre Erco y otro conocido personaje:

“Encontrábase Erco el tejedor, flores recogiendo
Cuando cruzó su camino con Tom,
El buen Tom que por el bosque paseando,
No llevaba ni un botón.
Apenas unas hojas eran sus prendas
Y Erco se sintió sorprendido,
Pues de su madre había aprendido
Decoro y buenas maneras.
Erco pensó que su amigo
Necesitaba nuevos ropajes
Y antes de en lo que se prepara un brebaje
A Tom le hizo un azul abrigo.
Tom se despidió alegre y contento
Quedando Erco sonriendo
Y compartiendo ambos el canto
Se separaron caminando.”

No se sabe con certeza si este encuentro entre Erco y Tom Bombadil llegó a darse realmente, pero la leyenda se extendió rápidamente y Erco se volvió bastante popular. Pronto consiguió fama, no sólo por su trabajo e ideas, sino por sus clientes, quienes acostumbraban a ser personajes igual de extraordinarios que Tom o el propio Erco.

Así fue como diseñó ropa para Bundgabil, el enano, único caso conocido de su raza con gigantismo; razón por la que no le resultaba fácil encontrar ropa de su talla.

También se le atribuye a Erco una importante frase dirigida a Gandalf:

“El blanco es el nuevo gris”.

Con el tiempo, las prendas de Erco se volvieron un signo de distinción, de estilo, de personalidad, y los mercaderes empezaron a variar su catálogo de productos en base a lo que Erco llamaba “temporadas”, y que basaba en ideas aparentemente caprichosas.

Tras cosechar una pequeña fortuna volvió junto a su madre (a la que los elfos habían comenzado a tratar mucho mejor) y al poco se reencontró con su padre quien, incluso en los últimos años antes de la partida de Erco, había seguido visitando periódicamente a su antigua compañera, para finalmente volver a estar juntos.

De este modo, Erco encontró su lugar, cumplió su sueño, y volvió con su madre, quien siempre lo había llamado su "Príncipe Mestizo" “linda combinación” (palabra que usaría Erco para denominar sus creaciones) y con su padre, al que nunca consiguió del todo enseñarle a vestir o a “tapar cosas que no deberían moverse”.


Descripción


Del tamaño de un orco común y similar en constitución, Erco posee a su vez una característica melena élfica, así como cierto porte o distinción, ya que es más erguido de lo habitual, por parte de madre.  Esto le confiere un aspecto algo pedante y afectado, aunque su mirada denota su esencia infantil y soñadora.

La piel verdosa la heredó de su padre, pero con una cierta palidez que potenciaba sus ya exagerados, aunque escasos, aspectos femeninos. Lo que a ojos de otros orcos se traducía en cierta fragilidad y debilidad.

En sus ropajes combina habitualmente delicadas prendas élficas, con toscas capas de piel de huargo; eligiendo, como extraños broches, coloridas flores silvestres. 


2 comentarios:

  1. Estas fatal!! Pero me ha encantado, no me extraña que te hayan dado el premio, que currado.
    Buenísimo el detalle final de "las cosas que no deberían moverse" :)

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  2. El blanco es el nuevo gris, me gusta esa frase ^^

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